Madelaine Soy arrastrada, prácticamente, por Jeremy entre las personas. El lugar está abarrotado y todos lucen bien adinerados. Al fondo veo la mesa de comida, Alfred cumplió el reto e hizo lo mejor que pudo con el equipo de la cocina, entregando a las seis de la tarde, diez bocadillos distintos de cien unidades cada uno. Es el mejor de todos y sé que han quedado deliciosos, no tengo la menor duda. Dejo de ver hacia la mesa, pues una presencia me incomoda. Una mirada me quema y miro alrededor para intentar encontrarla, la sensación es molesta y extraña, como si me vigilaran. Observo arriba y me quedo paralizada, aunque no literalmente. Oculto entre la oscuridad y asomado por el balcón del segundo piso, un hombre me ve, sus ojos relucen ante las luces de colores y parecen estar solo fijos en m
Leer más