El viaje a George Lake, para Kate, y Fernando fue una experiencia maravillosa. Realizaron un crucero por el lago, degustaron de la deliciosa comida del lugar, de buena música, contemplaron el atardecer desde la bahía, a ellos se les ocurrió realizar un próximo viaje con los muchachos. Fernando al notar que a Kate, le encantó la cabaña, se le metió la idea de construirle una, así que tomó fotos a cada una de las habitaciones con la promesa de regalarle una igual a su esposa, ella estaba segura de que así lo haría, pues Fernando García, siempre cumplía sus promesas. Llegaron a Long Island, desesperados por ver a su hija, sin embargo, Fernando, le tenía otra sorpresa a su esposa, quién llevaba una venda en los párpados. —Cierra los ojos Kate. ¡No hagas trampa! —ordenó Fernando. —Mi amor no puedo ver nada con esta venda ¿Cómo piensas que voy a hacer trampa? Dame la mano que me da miedo caerme.
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