Su corazón estaba emocionado y era como si volvía a la vida poco a poco; tomó el cristal negro y levantó lo más que pudo sus manos, esperando que los relámpagos lo alcanzaran para ser llevado al pasado si su teoría era cierta, aunque cabía la posibilidad que fuera un error y su muerte quedara como resultado de su tan alocada idea. No obstante, la muerte no era más que un camino que debía recorrer Takashiro, pues sin su amada, su vida no tenía sentido y esta era la única probabilidad para ser rescatada su alma del abismo donde se encontraba. La noche estaba a punto de finalizar y con ella la tormenta también decía adiós, la esperanza de Takashiro era muy ferviente, que aquel mal momento no detendría su objetivo; volvió una y otra vez constantemente, siempre que la tormenta se ponía, Takashiro estaba presente y luego de varios días, su fe comenzó a sucumbir, pues no resultaba como lo había planeado. Una tarde muy oscura, cuando su corazón estaba a punto de desf
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