—¿Otro...? —Patrick bajó su chocolate caliente y titubeó, Jung soltó un suspiro y tomó una de las galletas de coco, sabía a dónde iba aquella llamada— Estuve allí hace nada, ¿cómo que otro cuerpo apareció? —bufó, parecía frustrado— No, saca a la gente de allí y cierra el perímetro, ¿hay alguna manera de convencerlos de cerrar la iglesia hasta que...? Sí… no tenía mucha fe en eso. Iré en... —Parecía que lo habían interrumpido— ¿Estás seguro? —Apretó sus labios— Oh... Bien, gracias Sargento —dijo con desgano y colgó la llamada.
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