—¿Disculpa? —Jason se detuvo en la puerta del departamento del mayor y lo observó fijamente. —Estás disculpado —Mark bromeó, apretando sus labios al ver que el chino no cambiaba su expresión—. No es para tanto, Son, yo…—¡¿No es para tanto?! —Jason, que parecía haber tenido una crisis mental y haberla superado parcialmente en cuestión de segundos, alzó su voz, titubeando al darse cuenta de su propia reacción y apretando sus puños— ¿Cómo que no es para tanto? Yo… —Frunció su ceño al ver la expresión tranquila de su novio, él estaba perdiendo la cabeza, pero Mark estaba tan fresco como una lechuga— ¡¿Cuál es tu problema?! —bufó de nuevo— Soy tu pareja, pero no me dices nada, ¿por qué no hablas conmigo? ¿No cree
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