ABEL Para cuando abro los ojos, lo primero que veo es el cuerpo desnudo de Karola al lado de mi cama, su cabello pelirrojo me hace fruncir el ceño de manera inmediata, siempre me ha estresado ese color tan chillante, pero le quedaba mono ya que era una perra, y las mujeres como ella necesitaban tener toda la atención encima suyo, así era la que aun podía llamar mi prometida, por mera conveniencia. Mis planes habían cambiado radicalmente desde el momento en el que me follé a Nat, siempre había sido mi jodido sueño húmedo, siempre me gustó y siempre la quise solo para mí, una de las razones por las cuales la alejaba de cualquiera que me la quería arrebatar, porque si algo era cierto, Natasha era una chica que no puedes dejar pasar o ver, no importa la edad que tenga, siempre será ese pecado placentero que estaba dispues
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