16 de Julio 2013 El anhelo a algo mejor movía cada cimiento de mi voluntad cada mañana Sola... Eso es lo único que quise, tal vez. Aquellos gritos rondaban por mi cabeza mientras quería levantarme y olvidar todo lo que paso por esta noche, como siempre todo duele, arde y pica demasiado es poco soportable.. Pero no podía desmayarme. El frío acechaba mi piel frágil mientras que lo que me rodeaba era mi sangre, mi propia sangre, las piernas las tenía doloridas, no era capaz de moverlas ni un poco, ya no más. Le odio Los gritos, los gritos de mis hermanos me aterran y apuran a que me levantará, pero aun así no podía, no lo lograba, la fuerza que había estado guardando a huido a esconderse de mí. — Mamá no respira ¿Qué pasa? Quería ayudarla, a pesar de todo, tenía que salvar al demonio que me lástima, era la madre de mis hermanos menores, mi progenitora lamentablemente. — Am... Am... ayudamos por favor — un quejido salió de mis labios cuando sus pequeñas manos rodeaban mi brazo d
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