Una de la mañana y seguía dando vueltas en la cama. Fue entonces cuando escuché la llamada de Rich. Mariposas volaron en mi estómago y se instalaron en mi pecho. Él provocaba eso en mí… y muchas cosas más.—Esto es una locura, Lil. Extrañarte debería estar vetado en mi vocabulario, pero lo hago. Jodidamente, te extraño —dijo. Tapé mi boca, ahogando un grito. Para mí eso fue casi una declaración y una promesa—. ¿Lil?—Aquí estoy —pronuncié segura, tratando de no sonar aturdida.—¿Estabas pensando en mí? —preguntó, con esperanza.—¿Quieres la verdad? Nunca dejo de hacerlo.—Te necesito, Lil. Quiero tocarte, besar tus labios, desnudarte y… ¡Dios! Esto es peor que un castigo, es una letanía.—Pobre nene llorón &mdas
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