A sus cuarenta y nueve años de edad, Isadora Kylie Gilmore Smith había probado de todo: hombres, mujeres, transexuales, jóvenes, mayores, gente blanca, gente morena, gente asiática; heterosexuales, homosexuales, bisexuales, pansexuales, queers... Para algunos, no era más que una puta frívola, pero para la gente que realmente la conocía, era una mujer sin prejuicios que prefería no usar etiquetas para definirse. Comenzó sus andanzas en el mundo del BDSM a los dieciséis años de edad, cuando, harta de la ludopatía, las constantes borracheras de su madre y que ésta no le prestara la suficiente atención, decidió marcharse de casa e irse a vivir con una amiga del colegio. La realidad de su amiga no era muy distinta a la suya, pero al menos tenía acceso a la alimentación básica, sin necesidad de robar ni timar a nadie. Lo que ella nunca imaginó es que tendría un affair clandestino con la hermana mayor de su amiga, y que dicha relación la llevaría a rodearse de personas que la ayudarían a ex
Leer más