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Todos los capítulos de SOMBRAS DE UN DIARIO: Capítulo 21 - Capítulo 23
23 chapters
Capítulo XXII
Búho, uno de los Pirañas que había sido enviado junto con Luis para encontrar a las personas responsables de la muerte del Doctor, estaba atado y era golpeado por Bagre por permitir que mataran a Luis.—Tu misión no era hacer contacto con ellos, era solo indicar dónde se encontraban. ¡Maldito hijo de perra! Y además has dejado que maten a Luis.—Bagre, yo…no…—balbuceó Búho e inmediatamente recibió otro golpe, esta vez en al estómago. Búho tocía sangre y ya estaba a punto de desmayarse.—Rediman a este maldito—ordenó Bagre.Redimir dentro de los Pirañas, significaba amputar un miembro completo de la persona que hubiese cometido una falta grave. Así que una pierna o brazo desmembrado podía alimentar al resto de los hermanos, y de esa manera se podía conseguir el perdón del l&
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Capítulo XXIII
  09/02/2026 Hoy, durante la noche—mientras escribo—me siento lleno de entusiasmo a pesar que me duele hasta el trasero. Sí, todos los músculos me duelen ya que hemos trabajado duro en la furgoneta. Aún nos falta reparar algunas cosas, sobre todo la caja y el motor. Hemos probado la parte eléctrica del vehículo con uno de los acumuladores. Carajo, Cristina y yo nos emocionamos cuando encendieron todas las luces del carro. Estoy convencido de que estamos cerca de reparar el vehículo para viajar hasta Carúpano, nuestra tierra prometida.Otra grata noticia es que, encontramos varios arbustos de merey. Fue increíble ver aquellos árboles, y lo mejor de todo es que estaban cargados de frutos. Nos tuvimos que alejar bastante de nuestra sitio seguro para encontrar estas frutas, pero había que hacerlo, ya no nos quedaba co
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Capítulo XXIV
10/02/2026 —Me gustaría tomarme un café, de esos con leche que le ponen un poco de chocolate y canela—me comentó Cristina cuando estábamos tomando nuestro desayuno de semillas de merey asadas. — ¿Tú tomabas café, Pedro?—Sí, me gustaba mucho. Cuando eres profesor es tu mejor estimulante, aunque luego lo dejé, en realidad tomé mucho y me empezó a hacer daño.— ¿Tus nervios?—Sí, no dormía mucho. Ah, pero reconozco que ahorita sí hace falta una taza de café.—Sí—Cristina se quedó suspirando, y no era por mí precisamente, sino por su codiciado café tipo mocachino.—Pero estas semillas están geniales. ¿Recuerdas cuán caras eran?—dije después.—Sí, las vendía
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