Lo primero que hice fue asegurarme de que estaba solo. Ya sabía que sus compañeros no podían estar muy lejos, pero necesitaba algo de tiempo, lo mínimo para conseguir matar al que tenía delante. No estaba seguro de si tenían alguna forma de comunicarse a distancia, por lo que debía ser rápido. El plan era sencillo; yo saldría de mi escondite, y utilizando el factor sorpresa, me abalanzaría sobre él, rápida y letalmente. Entonces le clavaría el puñal profundo, en el corazón o en el cráneo, eso daba igual, pero debía asegurarme de que fuese en un punto vital, me había dicho mamá, porque no son tan frágiles como nosotros, y si no es probable que se volviese a levantar. Lo que ocurriese después de eso, ya no sería asunto mío. Podría reunirme con mis padres, si es que de verdad había una vida más allá de la muerte, y aunque fuese una mentira, les diría que había hecho todo lo posible. Al menos podría mirarles a los ojos y decir que traté de vengar sus muertes, cos
Leer más