Realmente más bien fue una idea conjunta, porque, aunque no tenga cuerpo físico, la persistente compañía del eco de mi cabeza, cuando se le antoja algo, sabe bien como conseguirlo.En esa ocasión quise hacerlo bien, así que, sumido en un alarde de valentía, empujado por el ansia de saber, me dispuse a aventurarme en buscar respuestas. Pero eso sí, he de admitir que con un poco de inquietud, por las dudas que me generaba el meterme en un lugar tan extraño como ese, por eso quise averiguar a mi manera lo que escondían los rincones de aquel extraño mundo.A sabiendas de lo que podía encontrar no fuese de mi agrado, quise esa misma noche hacer una incursión un poco más profunda, porque mi subconsciente, siempre metódico, insistía en aclarar aquellas dudas, pero a su vez como yo, también temía a lo desconocido, por eso quizás me sintiera tan nervioso y agobiado, porque pensaba que pudiera llegar a encontrarme con algo desagradable o acabar metido en problemas.Repitiendo el ritu
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