Ese mismo día, en la mañana. Tras descansar unas pocas horas de sueño. Salí a correr para comenzar mi día con energía — o eso decía la chica del comercial de ejercicio —. La verdad, lo hacía para liberar estrés. Mi cuerpo estaba demasiado tenso y yo no me estaba tranquila en un lugar sin empezar a divagar.Salí a eso de las cinco de la madrugada, para regresar a las seis, comer, bañarme e irme a trabajar.Corrí como unas cinco cuadras, y para ser mi primera vez en esto, mis piernas me dolían y picaban como si millones de hormigas caminarán sobre mí. Era realmente cómodo, y en algún momento, me caería.En cuanto supe que no podría más, me detuve y comencé a caminar lento, mientras recuperaba mi respiración. Observaba todo a mi alrededor. Esta parte de la ciudad es casi parecida a dónde vivía, casas grandes, jardines extravagantes. Pero, sobre todo, personas normales.Estaban los que salían con sus perros, a cam
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