Joel:Son las 3 de la mañana, escucho como Corina solloza, acaricio su espalda y beso su frente. Duerme a ratos y después despierta para seguir llorando, estoy muy preocupado pero sé que es normal, y más en las circunstancias que ha sucedido.Miro hacia la ventana, la vista es espectacular, las luces de NY son impactantes al igual que sus rascacielos. La habitación de Corina es discreta, tiene un vestidor modesto, un escritorio y en la pared varios dibujos hechos por niños pequeños, a cada lado de la cama hay mesitas de noche con lámparas, el colchón es bastante cómodo pero pequeño, aun que yo me siento bien solo con estar a su lado.Beso de nuevo su frente, sé que este no es el momento pero, cuando he visto a toda esa gente fuera del aeropuerto pidiendo taxis y el viaje hasta aquí me ha atemorizado, Manhattan es enorme y mi chica es muy pequeña.
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