Esmeralda No quería hablar, no lo necesitaba, pero quería algo que se me había negado todo el día, leer las malditas revistas, quería ver que opinaban esas personas tan amarillistas de mí, de nuestra relación, Júpiter me había tratado de calmar todo el día, si, le creía, pero la verdad es que necesitaba saber que decía. Salí del restaurante y pase por un negocio, comencé a leer dentro de mi carro, pero no, es que no era verdad, allí decían cosas que no tenían nada que ver, trate de calmarme, trate de pensar como lo hacía Rubí, ella me había dicho que eso es solo chisme, gente que inventa cosas para poder vender, pero ¡Dios! Yo no sabía que era tanto lo que estaban diciendo. Me sentí la tercera persona en mi relación, eso fue lo que todo esto me hizo sentir, respire profundo y fui consciente de que no podría manejar, tome un taxi y di la dirección de la casa, quería estar sola, si me iba al apartamento, las chicas llegaron en cosa de minutos, pero esta vez no, di la dirección de la c
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