CAPÍTULO 13. IMPULSOS
Lucila se debatía entre aceptar su proposición o seguir caminando y ubicar un taxi, pero esta última opción no le parecía tan segura, además se moría de ganas por estar a solas con él, conocerlo, hablar, observarlo, fueron meses que pasó soñando con ese hombre tanto dormida como despierta, hasta contrató un detective privado para localizarlo y volverlo a ver, y ahora cuando había renunciado a encontrarlo porque creyó no lo hallaría nunca, la vida se lo volvía a poner al frente. Inmediatamente pensó que eso no era más que una señal de que sus destinos estaban entrelazados y esta vez no perdería la oportunidad, concluyó la joven y aceptó ir con él. —Si claro, acepto ir contigo, para que por favor me lleves a mi casa. Muchas gracias, eres muy atento —expresó Lucila nerviosa, sentía
Leer más