Caminando íbamos a la casa de Adler, tomados de las manos, mientras conversábamos de cosas sin importancia; pasar cada segundo con él, me hace tan bien, verlo sonreí ¡Dios! ¡que me vuelvo loca! Sus facciones se notan perfectamente bien, sus labios rosados de tanto que se los muerde. Tiende a levantar levemente la ceja cuando dice algo serio, tiene unas pestañas muy largas, sus cejas tan negras hace que tiembles cuando él las frunce ni que hablar de su cuerpo, muy grande y bien trabajado. Lo que él habrá sido en secundaria, tiene fans por todos lados ni me imagino en la secundaria. El típico badboy, tan guapo y que ninguna pudo tener su corazón. —¿En qué piensas? —me preguntó. —En ti, en como eras en la secundaria, me lo imagino un chico muy perseguido por su grupo de fans. ¿Ninguna te conquistó? —En realidad, nadie me seguía al principio. Estaba tan enamorado, perdidamente y mi novia era la popular, no había chico que no
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