Charlie—¿Se encuentra usted bien doctora Hunter? —No, no me encontraba bien, sentía que no podía respirar, frente a mí estaba él y afuera todavía estaba mi hija, su hija de la que no sabía nada. —¿Doctora Hunter? —preguntó él una vez más, me obligué a mí misma a decir algo, cualquier cosa, estaba segura que mi rostro carecía de color, los periodistas me observaban, lo sabía, pero mis ojos estaban trabados en la figura de Nate.Alguien me pasó el micrófono nuevamente y tragué el nudo en mi garganta obligando a mi corazón a normalizar sus latidos.—Señor Coleman. —mi voz perdió seguridad y sostuve el micrófono con las dos manos porque me temblaban sutilmente.—¿Se encuentra usted bien? ¿Puede responder mis preguntas?&n
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