La mochila negra resbaló de mi hombro cuando entre a la habitación, la tomé del suelo y observé el lugar, una cama con sábanas blancas, un sofá y una mesa de centro, todo en colores bastante elegantes, no había mucho aparte de esos sencillos muebles, un par de cuadros adornando las paredes y un ramo de rosas rojas en un florero de cristal. La venda roja se deslizó suavemente entre mis dedos, la deje caer sobre las sábanas y observé la puerta que aún continuaba cerrada, el reloj marcaba las 21:08 horas., me senté sobre el borde de la cama y enterré el rostro entre mis manos, esperando que nada malo sucediera ahora o que no fuera tan estúpido como para arruinar esta noche. Le había contado la mayor parte de la historia a Cameron, pero aun cuando quisiera explicar lo que hacía aquí, era mejor que lo viera por él mismo.El reloj m
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