La música comenzó a escucharse al poco tiempo, la casa no estaba llena de personas, pero sí había unos cuántos amigos suyos.Ulises, Agustin, Lucas, Roberto, Brandom, Simón, Luciano, Ramiro, Magalí, Gastón, Mariano, Lourdes, Antonella, celeste, Franco y Eugenio eran los que acompañaban a la dueña de la casa. Todos eran amigos de diferentes pueblos, todos ellos asistían a la secundaria, excepto por Brandom y Roberto, ellos eran dos años mayores. El alcohol, la marihuana no fueron una excepción de esa fiesta, incluso se atrevía a comenzar a tomar como unos sedientos desde las nueve de la noche. Lucrecia ni siquiera se preocupaba por esa mierda, mañana no tenía escuela y el jueves había sido una total porquería.Dos toques en la puerta provocaron que pusiera los ojos en blanco e inhalara el humo de su cigarro nuevamente, sabía perfectamente de quién se trataba. El único imbécil que podría estar molestando en busca de un cuerpo caliente era Ulises.<
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