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Todos los capítulos de Apartada Para El Alpha (#2): Capítulo 21 - Capítulo 30
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Capitulo 20: "Garret tenia razon..." (parte Dos)
— ¡ESTÁS LOCA! —gritó, su voz llena de pánico, lágrimas cayendo sin cesar. Mi risa resonó, grotesca y fría. Me deleitaba en su dolor, en su impotencia, en el hecho de que había llegado demasiado lejos. Sin pensarlo, la estrellé contra otro objeto con la fuerza de mi furia, la habitación retumbó con el impacto, y su cuerpo se desplomó nuevamente al suelo. Avancé hacia ella a paso lento, mi presencia pesada, casi palpable. El eco de mis pasos era lo único que rompía el tenso silencio. La miraba como si fuera una simple marioneta caída, un objeto roto, ya sin importancia. Sangre manchaba su ropa, la cortadura en su frente se extendía, sus brazos estaban marcados por heridas profundas. Su labio partido y la sangre que manaba de su nariz hacían que su rostro pareciera una máscara grotesca. — ¿Loca? —gruñí, el desprecio en mi voz, mientras observaba cómo intentaba recuperar el aliento, como si aún pudiera escapar de mi furia. Claro que estoy loca, añadí, la rabia acumulada saliendo a borbo
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Capitulo 21: "no se que es lo que pasa" (parte uno)
"Digo que te dejo y cuando te veo no me siento con la misma fuerza que cuando lo dije... No puedo dejar ir lo unico que me hace feliz, te necesito conmigo"Oshin Itreque Caí al suelo cuando ella desapareció de nuestra vista, Ai al igual que el resto de las personas, cayó junto a mí. Riu, rápidamente, la tomó antes de que tocara el suelo. La tensión en el aire era palpable; los ecos de lo que acababa de suceder aún retumbaban en mi mente, como si todo fuera una pesadilla de la que no podía despertar. El perro-lobo seguía ahí, observándonos con una mirada desafiante y hostil. Me lo quedé mirando, su presencia era inquietante, pero no había nada que pudiera hacer al respecto. Roderick, con los ojos llenos de lágrimas, intentaba calmarse, limpiándose las mejillas mientras su respiración se volvía cada vez más irregular. El perro-lobo, en un acto extraño, restregó su cabeza contra él, buscando consuelo o tal vez, algo más. —Adiós, lobo —dijo Roderick entre susurros, y el perro-lobo, desp
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Capitulo 22: "no se que es lo que pasa" (parte dos)
" — Papá ha estado molestando con lo mismo — me quejé, algo molesto, mientras Ai jugaba distraída con mi cabello. Ella siempre tenía una manera especial de hacerlo, suave y relajante, lo que me ayudaba a calmarme un poco. — No quiero atar a nadie, esperaré a mi Luna como se debe ser, y no atraeré a ningún niño o niña a que esté conmigo por si acaso. — seguí, suspirando y cerrando los ojos, tratando de despejar mi mente de todo lo que estaba pasando. Ai, como siempre, me entendía más que nadie, y cuando se dio cuenta de lo que decía, giró su rostro hacia el mío con una mirada seria pero cariñosa. — Mamá no lo dejará, lo sabes bien... Ella se niega a aceptarlo si tú no quieres — dijo ella, dándome todo su apoyo. Sonreí levemente y abrí los ojos para mirarla directamente. — Eres la mejor melliza del universo — dije, con una sonrisa sincera. Ai, aunque siempre tímida, asintió con modestia, pero una pequeña sonrisa se asomó en su rostro. — Lo sé — dijo con una sonrisa burlona, haciendo
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Capitulo 23: "no se que es lo que pasa" (parte tres)
Los recuerdos golpeaban mi mente mientras caminaba hacia el cuarto de Roderick, y el peso de todo lo que había sucedido me acompañaba en cada paso. Jamás imaginé que terminaría en esta situación, y mucho menos que la encontraría ahí, en ese lugar. Era como si el destino se hubiera burlado de mí, llevándome por un camino que nunca quise recorrer. El aire en la casa parecía más denso de lo normal, y cada paso que daba resonaba como un eco vacío en mi mente. A pesar de que mis pies avanzaban, mi cabeza se sentía atrapada, girando sin cesar en un remolino de pensamientos y emociones encontradas. Al entrar al cuarto de Roderick, la escena que se presentó ante mis ojos era tan tranquila, tan simple, que me detuve un instante en el umbral de la puerta. Cambiarle la ropa, ponerle un pijama cómodo para que siguiera durmiendo... Era una de esas tareas cotidianas que todos realizan, y sin embargo, sentí como si el mundo entero estuviera esperando algo de mí, algo más grande, algo que no podía co
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Capitulo 24: "primera batalla" (parte uno)
"No importa que tal bien te ocultes, tarde o temprano abra algo que te exponga al ojo de todos"Fumiko Ibars La práctica de la tele-transportación me estaba pasando factura. Había estado realizando saltos de un lugar a otro, a distancias cada vez más largas, cambiando mi apariencia en el proceso. Pero, en algún punto, la sensación de mareo y náuseas se convirtió en algo insoportable. Ya no sabía en qué lugar me encontraba, ni cómo había llegado allí. Decidí detenerme, permitiéndome un breve respiro para recomponerme antes de continuar. Estaba agotada y desorientada, con el pulso acelerado y el corazón aún en un estado de alerta. A pesar de los efectos secundarios de mis saltos, no podía detenerme. Además de practicar la tele-transportación, mantenía un hechizo de invisibilidad, por si aparecía en un lugar público. Era crucial no ser vista, no por ahora. Los hermanos Hades y Lucifer, los señores del inframundo, ya sabían de mi existencia y, sin duda, intentarían debilitarme para oblig
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Capitulo 25: "primera batalla" (parte dos)
—Es un perfecto momento para practicar mis choques —dije con sorna, mi voz resonando entre las sombras que se alzaban alrededor de nosotros. Mi cuerpo estaba cargado de energía, mi alma hirviendo por la lucha que se avecinaba. La lluvia empezaba a caer con fuerza, mezclándose con el sonido de los truenos, mientras los demonios me observaban con ojos fijos, listos para destrozarme. Comencé a crear rayos en el cielo, alzando las manos al aire con una concentración total. Mi pulso se aceleró y mis músculos se tensaron mientras avanzaba hacia ellos. El aire a mi alrededor crujía por la electricidad que había liberado. En un abrir y cerrar de ojos, me lancé hacia uno de los demonios, tocando su hombro con rapidez y, al instante, canalizando una descarga eléctrica directa a través de su cuerpo. El rayo cayó con una furia impresionante, golpeándolo con tal fuerza que lo arrojó al suelo, haciendo que se arrodillara y dejara escapar un desgarrador grito de dolor. El sonido de su garganta siend
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Capitulo 26: "no estoy interesda" (parte uno)
"El dolor no solo se siente en el cuerpo, también se queda en el alma, y por más que lo ignores, siempre vuelve a encontrarte." Fumiko Ibars Me dolía hasta respirar en estos mismos instantes. Abrí los ojos lentamente, con el esfuerzo de un cuerpo agotado, y una mueca de dolor se formó en mi rostro. Mi cabeza era como un tambor retumbando, y el dolor punzante en mi abdomen no hacía más que recordarme lo que había pasado. Me senté con cuidado, sintiendo que mis piernas temblaban bajo mi peso. El cansancio me invadía, pero había algo más, algo más profundo que se me atascaba en el pecho. —¿Cómo llegué aquí? —murmuré, mi voz quebrada por el dolor, mi cuerpo entero protestando cada vez que me movía. No traía camisa, y todo mi abdomen, desde las costillas hasta el pecho, estaba envuelto en una venda blanca. Mis brazos y piernas, aunque curados, todavía sentían el peso de las heridas pasadas. Cada movimiento que hacía era una pequeña batalla contra el sufrimiento. Me quejé, maldiciendo a
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Capitulo 27: "no estoy interesda" (parte dos)
Sonreí al ver a Connor dormido plácidamente en el sofá, su rostro relajado, casi angelical, algo que me sorprendía ver en alguien como él. La suave luz de la mañana iluminaba su rostro, creando una atmósfera tranquila, casi perfecta. Reí, un sonido bajo y suave, cuando escuché una voz conocida a mi lado. —Llega hasta la gente como la gente normal, me va a dar un infarto —me quejé, sintiendo un sobresalto al ver a Garret tan cerca. Él sonrió, y eso me hizo fruncir el ceño. —Lo siento —respondió con una risa nerviosa. Garret, siempre Garret. Era el tipo de hombre que, si lo veías desde cualquier ángulo, sabías que era atractivo, y por alguna razón, todos se sentían atraídos por él. No podía decir que no lo era, pero para mí, esa atracción no significaba mucho. A su manera, Garret tenía algo que provocaba que los demás lo miraran y suspiraran. Su sonrisa, con esos pequeños hoyuelos que se formaban en sus mejillas, sus ojos, un contraste de verde y azul, como si ambos colores se peleara
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Capitulo 28: "solo puedo pensar en ti..." (parte uno)
"Es irónico cómo, cuando el mundo te exige ser fuerte, es cuando más te quiebras por dentro." Fumiko Ibars Luego de ese incómodo momento en el lago con Garret, regresé a la cabaña con una sensación de malestar que no lograba sacudirme. El frío del agua aún calaba en mi piel, pero era el dolor persistente en mi hombro lo que realmente me inquietaba. Aunque había tratado de curarme, las secuelas de las heridas aún marcaban mi cuerpo, como cicatrices invisibles, pero pesadas, que se resistían a desaparecer. Mi mente estaba igualmente afectada, atormentada por las emociones encontradas. No solo estaba agotada físicamente, sino también psicológicamente. Aquellas palabras de Garret, la cercanía de su presencia, las decisiones que me acechaban... todo eso me asfixiaba. Cuando llegué a la cabaña, Garret se quedó en la sala. Apenas entramos, se dejó caer sobre el sofá, y aunque intentó parecer indestructible, pronto lo vi dormido, su respiración tranquila, como si el mundo se hubiera desvane
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Capitulo 29: "solo puedo pensar en ti..." (parte dos)
" El sol brillaba alto en el cielo, dispersando sus rayos a través de la espesa copa de los árboles que se alzaban alrededor mío. Estaba tendida en la suave tierra del bosque, la hierba fresca acariciando mi piel mientras mis ojos recorrían el vasto azul del cielo. La luz del día se filtraba de manera perezosa a través de las hojas verdes, evitando tocar mi rostro, como si el bosque mismo quisiera protegerme. Las sombras de los árboles jugaban a crear patrones de movimiento sobre la tierra, mientras una suave brisa hacía susurros en las ramas, trayendo consigo un aroma fresco y terroso. "Es perfecto para un día de campo", pensé, sintiendo la tranquilidad que solo el bosque puede ofrecer. Me senté lentamente, apoyándome en las manos para levantarme. El aire fresco me envolvía, y por un momento, no había nada más en el mundo que la calma del lugar y el murmullo lejano de la naturaleza. De repente, sentí cómo unos brazos firmes rodeaban mi cintura, y antes de que pudiera reaccionar, me
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