—Noah —llamé, tocando suavemente su puerta—. ¿Estás ahí? Escuché unos pasos venir, abrió la puerta y rápidamente pude notar bolsas negras debajo de sus ojos, el cansancio se notaba demasiado en su rostro, aun cuando acababa de salir del baño, gotas de agua caían de su cabello. —Buenos días —sonrió, haciéndose a un lado para que entrara. — ¿Cómo dormiste? —No dormí —cerró la puerta y se encamino al baño, para terminar de secarse el cabello, suponía — ¿Por qué? —decidí preguntar, aun sin moverme. — ¿Por qué subiste hasta acá? Tienes que cuidarte Zeynep, aun estas muy débil. —Me siento muy bien, te venía a decir que mañana asistiré a clases. —No —respondió rápidamente, asomándose por la puerta—. No puedes ir todavía, Ömer aprovecharía el momento para raptarte y llevarte a Turquía, dentro de la universidad existen muchas posibilidades de que lo pueda lograr. Sé que quieres salir, así que en tres horas saldremos los cuatro,
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