Nathe cerró los ojos, no quería perderla, Alex se levantó y salió corriendo del lugar, entonces él temeroso de perderla, corrió detrás de ella, se dirigía a los sótanos del hospital, entonces la alcanzó. Ambos detuvieron su frenética carrera, al verla tan agitada no pudo detener su impulso y la besó, Alex intentaba zafarse pero Nathe era más fuerte, sus labios eran dulces, quería más, la tomó de la cintura y la estrechó contra él, besarla era vida, era oxígeno, Alex se había convertido en su vicio.—Nathe, Nathe, Nathe —escuchaba de lejos la voz de Alex, hasta que sintió una bofetada en el rostro—. ¡Nathe!— ¿Por qué me golpeas? —pregunta conf
Leer más