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Todos los capítulos de Repite Después de Mí: Capítulo 71 - Capítulo 80
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Capítulo Treintaitrés. Mentir para sobrevivir [2/2]
Ambos se quedaron nerviosos, uno al lado del otro. Irradiando una calurosa necesidad que debían reprimir cuando empezaron a escuchar movimiento en el pasillo, había llegado el cargamento de alimentos.Mientras el silencio se prolongaba, Louise aclaró su voz, y le miró. —Tengo… noticias sobre tu presentación. —Anunció seria, pero con un deje incómodo. Elion arrugó el gesto y clavó sus ojos en ella. —¿Mi presentación? ¿Cómo?—Debo hacer un par de cosas antes de eso… —Dijo, sin darle una explicación concreta a Elion. El príncipe le miró con el ceño fruncido y volteó a ver los documentos, le miró otra vez, y sin esperar una respuesta suya, tomó las cosas. —Sígueme.Confundida, y extrañada, Louise le siguió por los pasillos. Captaron miradas, pero nada fuera d
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Capítulo Treintaicuatro. Desesperación [1/3]
En las próximas horas, Louise se dedicó a innovar las revisiones que solía hacer cuando se quedaba con este cargo. Sin embargo, su ánimo se deploraba cuando las horas pasaban y no se encontraba con Elion por ningún lado. Sin embargo, sabía que estaba en su habitación por la respuesta de la sirvienta que le llevó su comida.Louise suspiró, desordenando su cabello cuando se encontró sola en el pasillo contiguo al vestíbulo. En una de sus manos, llevaba una carpeta con los documentos que había recibido hace tan solo unos minutos y con la otra no dejaba de acariciar su cabello en un gesto nervioso.“Hey, ¿ya escuchaste lo que dicen por ahí?” Captó al querer dirigirse hacia el vestíbulo para tomar las escaleras. “Dicen que el rey se marchó porque están habiendo muchos disturbios y no están haciendo nada para para
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Capítulo Treintaicuatro. Desesperación [2/3]
—¿Louise? No era mi intención hacerte sentir mal. —Su labio inferior tembló, y con ello su dignidad. ¿Desde cuándo las palabras reconfortantes de Elion le hacían querer llorar? ¿O simplemente estaba demasiado abrumada?—Pero, no tienes por qué estar celosa de ella. —“No estoy celosa.” Sentenció enojada. Él sonrió, atrayéndole para abrazarla. —No sé cuáles sean tus razones para estar ce… Eso. Pero quiero que sepas que sigo queriéndote, mucho, si es lo que te preocupa.—Pfff. ¿Crees que eso me preocupa? —Dijo altanera, Elion rodó los ojos por su mala actuación. —Te amo, Louise.“Lo hago, y cada día se fortalece más el amor que siento por ti.” Le dijo al acunar su rostro, mirando satisfactoriamente la rojez del rostro de la tutora.<
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Capítulo Treintaicuatro. Desesperación [3/3]
La institutriz abandonó al príncipe, rotando por el salón en busca de irse a través de las puertas entreabiertas abarrotadas por los ojos mirones del servicio. Se hizo paso, desviando personas de su camino al salir.Un nudo se formó en el estómago al bajar las escaleras con pasos rápidos. Examinando los distintos grupos de protección imperial que se posicionaban dentro, y fuera del palacio, encontró desesperadamente a Dóminic. Comandando incoherencias que apenas escuchaba, pero se esclarecieron cuando se empezó a acercar apresurada.No perdió el tiempo en llamarlo por su nombre. —¡Dóminic! ¡Dóminic! —Exclamó alzando su voz en cada llamado, el guardia se volteó y sus ojos caramelo se abrieron extrañados de encontrarla viniendo en su dirección. —¿Louise?La susodicha gruñó por lo bajo, y re
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Capítulo Treintaicinco. Agobio [1/3]
Fue la peor noche que ha tenido en mucho tiempo. Mientras dormía, su corazón se levantaba desenfrenado dentro de su pecho cuando las alarmas sonaban de pronto; quebrando el silencio calmado que inundaba el palacio. Salía trastabillando por todo el palacio, como los demás. Y cuando se refería a los demás, sólo hablaba de Alina, Elion y Alan. Los cuatro encontrándose al final de las escaleras cuando las alarmas no parecían parar y los guardias irrumpían dentro de la casa preparados para cualquier imprevisto, sin embargo, nada pasaba. Fueron dos veces, durante la noche. A la tercera, su corazón volvió a despertarle. Su cabeza a dar vueltas por lo asustada y al mismo tiempo molesta de no poder dormir. Prefirió quedarse en su cama, arropada hasta el cuello haciéndose un ovillo mientras sólo podía pensar en las benditas sirenas que le revolvían el estómago.   Parpadeó repetidas veces, mirando por la ventana que había dejado con las cortinas a un lado a
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Capítulo Treintaicinco. Agobio [2/3]
—Es una situación de pocas opciones, ¿no es así? —Murmuró divertido, no le hizo mucha gracia. Debía tomárselo en serio, era su reino. —Y sólo es tu primer día a cargo, debe ser difícil. Además, Oliver sigue sin volver para decirte que deberías hacer.Lo miró por el rabillo de su ojo, le daba la espalda mientras rebuscaba entre su estantería. Louise se posicionó en su dirección, entrecerrando sus ojos. —Dudo mucho que el príncipe Oliver me de el permiso de declarar que hay disturbios cerca. Menos si ya lo están controlando.—¿Y si no? —Respondió vago, mirando en su dirección, arrogante. —Louise, probablemente no lo sepas pero en estas situaciones, debes considerar cualquier suposición. Existen muchas opciones, pero en esta ocasión, todas se reducen a no poder hacer ninguna. &md
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Capítulo Treintaicinco. Agobio [3/3]
—Y-yo… —Carraspeó. —Elion me pidió que le ayudase con unos asuntos para su… presentación. —Dijo no demasiado segura. —Terminé de corregirlo, y me di cuenta que estaba dormido. —Rió. —¿Y tú? ¿Qué haces por aquí?—… Venía a ver a Elion… —Murmuró todavía viéndole extraño, era una mierda. No se lo iba creer. Todo iba a ser extraño ahora, si es que no se lo decía a todo el mundo. —Pero supongo que ha de estar descansando bien. El tono sugerente le dio escalofríos, y de inmediato le miró. —¿A qué te refieres? —Se hizo la tonta, esperando salir de esto rápido. —Nada en especial, supongo que puedo visitarle mañana cuando no esté cansado. Probablemente no pudo dormir por la noche.Louise
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Capítulo Treintaiséis. Desastre [1/2]
De repente, escuchó gritos provenir. Los guardias se colocaron en posiciones listas para atacar a cualquier cosa que estuviera viniendo en su dirección, pero… cuando Louise escuchó los gritos infantiles, asustados y atemorizados, gritó. —¡NO HAGAN NADA! ¡SON NIÑOS, NO! —Gritó desgarradoramente haciéndose paso entre los altos hombres para encontrarse con una turba de niños viniendo hacia ella mientras lloraban desesperadamente.Sus niños se derrumbaron a sus pies, mirando la asustada expresión de Louise que no dudó en arrodillarse para abrazarlos, con el corazón en la garganta. A sus oídos llegaban los sollozos, pero entre ellos escuchó uno más fuerte, entremezclándose con gritos desgarradores que le hicieron levantar la mirada de pronto.Una niña de oscuro cabello sollozaba hasta la muerte mientras sostenía su braz
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Capítulo Treintaiséis. Desastre [2/2]
—¡SUÉLTELA! —Gotas. Gotas, de un líquido caliente cayeron sobre sus hombros descubiertos. Louise fue levantada con facilidad por un Guardia Real. —¿Está bien, señorita Louise?Louise miró hacia al lado encontrándose con el cuerpo inerte del hombre que había querido violarle, hace solo unos segundos atrás. Incluso en la oscuridad, observó la sangre esparcirse. —Señorita Louise, debo sacarla de aquí antes de que… “¡¡Llegaron refuerzos!!”El ensordecedor grito provocó que los criminales se motivaran más a luchar por matar a los guardias. Sin retirarse cuando los grupos Tres y Cuatro del Comando Imperial entraron corriendo por la entrada. Louise se enfocó vagamente en los rostros, mientras el hombre que le sostenía seguía hablando.—¡Escónde
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Capítulo Treintaisiete. Melancolía [1/2]
Inerte sobre la cama, los ojos pesados de Louise se abrían en pequeños intervalos. Parpadeando con dificultad, girando su cabeza ligeramente mientras los dedos de sus manos temblaban debajo de las sábanas. Los rayos del sol entran por su ventana, dando de lleno en su cuerpo inmóvil sobre la cama y parte de su rostro, razón, por la que por fin había despertado. Confundida, era poco para lo que sucedía en su cabeza. Dificultosamente podía recordar lo que había pasado. Sucedían cientos de escenas en su cabeza, flashes en descontrol y el agudo dolor en la cabeza que le impedía pensar más de la cuenta. Distorsionadas imágenes le hacían enfocar la vista a su alrededor, encontrándose en lo que parecía ser su propia habitación. Y sí, lo era.   Un desconsuelo se acercó de repente, haciendo que se moviera limitadamente sobre la cama. “¿Por qué estoy aquí?” Pensó, todavía inestable en la soledad de su habitación que apenas podía ver por el
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