Epílogo. [1/8]
Dentro de un mundo donde la codicia es tan grande como el deseo de ser poderoso, los niveles de ingenio se intensificaron en el momento que Oliver Heeger, príncipe heredero de Reinmen, tuvo la grandiosa idea de hacer hasta lo imposible para obtener el puesto del rey para sí solo. Sin ningún contratiempo que pudiera malgastar sus horas de incansable perspicacia en busca del plan perfecto.Buscó, para cada una de sus víctimas, el peor final de todos.Deseó, para ambos, el peor final de todos.Una mujer, sumamente hermosa que lucía elegante con cada movimiento que hiciera, tan inteligente que él creyó que no pasaría la barrera que construía entorno a todos aquellos a quienes quería poseer con su poder. Louise Roosevelt, no era nada más que una entrometida que arruinó sus planes, uno por uno.Un príncipe, astuto, aunque pareciera que no le importaba nada d
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