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Todos los capítulos de Mi religión es amarte: Capítulo 31 - Capítulo 37
37 chapters
30
En el momento en el que dejé de forcejear y me rendí a mis deseos, fue cuando me di cuenta que lo odiaba de la misma forma en la que lo seguía amando, las lágrimas se escurrieron por mis mejillas mientras mi lengua acariciaba la suya con desesperación, la rabia me volvió a atacar.Es un mentiroso. Dijo mi subconsciente, me separé y le di una fuerte cachetada que resonó en toda la habitación. -¡Te odio! –expuse con frustración, Keller me miró unos segundos y me volvió a besar, olvidé incluso lo que estaba pensando. Sus manos descendieron hasta mi trasero para alzarme, yo envolví mis piernas alrededor de sus caderas y me estampó contra la pared con su cuerpo, tenerlo nuevamente así fue como cumplir ese sueño que tanto anhelé durante semanas y a la vez solo quería olvidar.Mordió mi labio inferior dejándome completamente desarmada, el calor consumiéndome; convirtiéndose en fuego. Metí mis dedos en su cabello cuando sus labios descendieron po
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«Eres tú…», sentí como si hubiera llegado al tope, yo era el Ofur, lo que la mayoría de las personas buscaban, ¿acaso también era un vampiro, o un hombre lobo pero no lo sabía? Creo que murmuré un: “¿qué?” porque Keller dijo: -Puede que no lo sepas, pero de seguro no te has puesto frente a un computador o has armado programas con anterioridad. Ni de asomo, en mi casa solo había una computadora de mi padre y solo podíamos usarla para los trabajos de la universidad que hacíamos en grupo, aunque ahora que lo pensaba, era muy buena usando los aparatos eléctricos, podía instalar cosas sin leer las instrucciones, ¿acaso era posible que yo fuera capaz de hacer esos complicados algoritmos?, parecía ser una broma o tal vez una pesadilla, todo lo que estaba viviendo parecía una pesadilla. -¿Estas bien? –murmuró Keller cuando me vio caer sin fuerzas en el mueble, ¿por qué Diara no me lo dijo?, ella debía de saberlo. -Es solo… -susurré- c
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-¿Todos estos autos pertenecen a tu mafia? –pregunté cuando entramos en el estacionamiento lleno de autos nuevos, la motocicleta estaba al lado de la camioneta, pero Keller activó la alarma de un Ferrari negro totalmente deslumbrante. -Mi mafia –repitió con burla para sí y me respondió: - todos estos autos me pertenecen, el resto tiene sus propios autos. ¿Todos?, ¡vaya!, eran como cien autos en este amplio estacionamiento, me daba curiosidad por saber qué tipo de mafia manejaba Keller, por lo que sabía podía estar metido con la droga o tal vez con negocios ilegales de documentos, incluso reventa de piezas… tal vez hacía todas las anteriores.Debía asustarme, pero… no lo hacía. -Alessia –dijo cuando cerró la puerta del auto y lo encendió con el celular, tuve que recordar que no era normal
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Unos meses después.  Ibamos en el carro hacia el aeropuerto, esta vez, me llevaban más escoltada que el mismísimo presidente con toda su familia en una campaña publica, sabía el lugar a donde íbamos no quedaba exactamente en ninguna parte; asi lo hacían ver, que no existía. Estos últimos meses habían sido tal vez los más horribles de mi vida debido a que me tuve que guardar el hecho de que casi ayudé a Keller a robar al gobierno, así hubiera sido como “robar al ladrón”, porque ellos eran una mafia, la más peligrosa del país, y todos en este lugar los odiaban porque tenían prácticamente la ciudad en sus manos, así que simplemente guardé este sentimiento para que nadie me dijera lo estúpida que era o lo incoherente de mis actos por amar a un hombre que supuestamente era aborrecible.Él ya no estaba, pero seguía creo que nunca podría amar a otra persona como lo hice con él.Escuché que no duraría ni un día en la cá
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Cuando llegué al aeropuerto, comencé a temblar, ¿Cómo estarían mis padres adoptivos?, ¿habrían cambiado mucho las cosas?, y sobre todo… ¿Keller? Había visto unas pistas, pruebas de que él seguía vivo, pero no había nada que me lo confirmara, después de todo nadie encontró su cuerpo porque se lanzó al mar.No quería darme falsas ilusiones, pero… la esperanza era lo último que se perdía.Si yo tenía 30 años, él debía de tener 44 a punto de cumplir los 45, Dios mío, si estaba vivo de seguro que ya se había casado, tendría hijos y su esposa sería una mujer hermosa con buen busto y… cerré los ojos, no debía pensar en él otra vez, duré diez años para olvidarlo, no podía caer en lo mismo nuevamente… pero ¿estaba vivo?
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Epílogo
Sus ojos azules tan hermosos como los recordaba, las arrugas en su frente parecían estar más pronunciadas y su larga cabellera ya no estaba, se había cortado el cabello, mi pecho sintió el susto de la impresión y los sentimientos que habían muerto comenzaron a florecer otra vez dentro de mí. Él dio un paso hacia mí, examinándome detenidamente con una mirada retraída, como si no me conociera. -¿Quién eres? –murmuró. Esas dos palabras fueron suficientes para sentir mis ilusiones morir otra vez, él se había olvidado por completo de mí. Abrí la boca pero mi voz tardó en manifestarse. -Alessia –dije-, o como tu me llamabas… Catira. Keller pestañeó varias veces y frunció el ceño como si yo fuera una estupida niña loca. -Alessia está m
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Capítulo extra
Capitulo extraTres años despues.  Nos habiamos casado en Las Vegas, yo siempre me pregunté cuan grande podía ser la influencia de Keller, pero al parecer como todo empresario del mercado negro, tenía enlaces en casi todo el mundo, y por ende, demasiada proteccion, los policias tambien trabajaban para él, y estaba segura que hasta parte del gobierno tambien estaba involucrado en esto, por lo que no harían nada para encerrarme otra vez, o eso esperaba. Siempre andabamos en movimiento, Keller me enseñó a usar un arma, y las tacticas más faciles de ataque, yo era su mano derecha, o por lo menos eso me decía él. Me preguntaba qué pensarian mis padres adoptivos respecto a esto, yo había practicamente hecho la antitesis de lo que ellos querían con mi vida, pero no me arrepentía de nada. -¿Y qué pasó con el 30%? –preguntó el sujeto en la mesa con el que la mafia Deluca te
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