«Eres tú…», sentí como si hubiera llegado al tope, yo era el Ofur, lo que la mayoría de las personas buscaban, ¿acaso también era un vampiro, o un hombre lobo pero no lo sabía? Creo que murmuré un: “¿qué?” porque Keller dijo: -Puede que no lo sepas, pero de seguro no te has puesto frente a un computador o has armado programas con anterioridad. Ni de asomo, en mi casa solo había una computadora de mi padre y solo podíamos usarla para los trabajos de la universidad que hacíamos en grupo, aunque ahora que lo pensaba, era muy buena usando los aparatos eléctricos, podía instalar cosas sin leer las instrucciones, ¿acaso era posible que yo fuera capaz de hacer esos complicados algoritmos?, parecía ser una broma o tal vez una pesadilla, todo lo que estaba viviendo parecía una pesadilla. -¿Estas bien? –murmuró Keller cuando me vio caer sin fuerzas en el mueble, ¿por qué Diara no me lo dijo?, ella debía de saberlo. -Es solo… -susurré- c
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