Entré por la parte de atrás, justo como él me sugirió, mientras una extraña sensación me albergaba, al darme cuenta de lo mucho que me apetecía verle. Subí las escaleras, y me detuve al verle allí, con la puerta abierta, esperándome.Ambos nos sonreímos el uno al otro, mientras yo entraba en su casa, y él cerraba la puerta tras de mí, seguimos avanzando hacia el salón, y entonces me detuve para mirarle, dispuesta a hablar por primera vez desde que había llegado.¿Quién se ha creído que es para presentarse aquí cuando mejor lo estábamos pasando? – pregunté, molesta con Borja, pensé que se asustaría tan pronto como me oyese hablar de él, pero al contrario de lo que siempre pensé, él sonrió, y dejó que siguiese hablando – El muy idiota dice que qui
Leer más