LILLIE Después de secarme el cabello se pasa a la parte de mis hombros y brazos, como no perdonarlo, amo sus cuidados y las atenciones que siempre ha tenido conmigo. Pero más amo el cómo me ve con ojos llenos de amor y el cómo su deseo por mí nunca se apaga. Corta toda distancia entre nosotros, apretando su cuerpo contra el mío. ―Extrañaba tu aroma ―comenta, suspira mi cabello. ―En realidad es el aroma de la loción de ducha ―respondo, en un modo divertido. Rara vez dice algo lindo, y yo salgo con algo así apagando el bello momento, sé que me arrepentiré de esto, mejor me quedo callada. ―Solo se percibir el tuyo ―se inclina y me besa el cuello. Me estremezco deseosa de más y de que esos labios bajen a todas partes de mi cuerpo. ―Nena, no sabes que tan jodido estoy, de desesperación por estar dentro de ti otra vez ―musita, mientras sigue besando mi cuello y mis hombros
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