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Todos los capítulos de Luna Solitaria: Capítulo 11 - Capítulo 20
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El camino
Me desperté con la primera luz del alba, comprobé que aún era demasiado pronto para prepararme para viajar, y decidí vestirme, y salir a correr. Me puse una malla oscura, con una enorme camiseta encima, y salí a hurtadillas de la posada.Era tan temprano, que me daba miedo que os huéspedes se despertaran si hacía ruído, y se quejaran a Briana sobre mi. Afortunadamente, no me crucé con nadie de camino a la calle, y en cuanto salí al aire libre, llené mis pulmones de aire, y sonreí feliz.Me obligué a caminar hasta la profundidad del bosque, donde los árboles proporcionaban intimidad, y era posible denudarse sin ser vista.En cuanto encontré una zona alejada de miradas indiscretas, me desvestí, doblé cuidadosamente las prendas, y me tranformé. Lo hice sin pensar, dejando que mi loba tomara el control de la situación, y en cuanto fue
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Josh, lobo solitario
Esta mañana, antes de que amaneciera, he dejado mi apacible sueño, y he bajado a la posada en la que ahora vive la pelirroja de mis sueños. No sé el motivo que me ha llevado a hacerlo, pero he sentido una necesidad salvaje de buscarla.Cuando he llegado abajo,ella estaba corriendo, no la he visto, pero la he olido,y su aroma viajaba tan deprisa en el aire, que he sabido inmediatamente que trotaba por el bosque. Me hubiera gustado correr junto a ella, ver si nuestros cuerpos se llevan bien, se compenetran y pueden moverse a la par, pero no quería asustarla, así que me he acercado sigilosamente a la posada, me he escondido y he esperado a que regresara del ejercicio matutino.La verdad es que solo aspiraba a verla de vuelta a su cuarto, necesitaba contemplar una vez más esa belleza que me deja con la boca abierta cada vez que la veo. Pero algo ha llamado mi atención. <
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Despertar
Cuando abro los ojos, lo primero que hago es palpar mi cuerpo en busca de mi ropa, y me doy cuenta de que voy vestida en modo extraño, lo que llevo puesto no es mío, y me queda muy grande. No detectó magulladuras, o dolor, salvo en la cabeza. Tengo un horrible dolor de cabeza que no me deja ni siquiera ponerme en pie.Miro a mi alrededor y observo que estoy tumbada en un colchón portátil colocado en el centro de una enorme tienda de campaña. No es una tienda normal, lo cierto es que es muy moderna, y elegante, parece como si estuviera alojada en un glamping.No es que yo haya estado nunca de vacaciones en un lugar así; de hecho, nunca he estado de vacaciones, pero los he visto en las revistas de viajes. Son zonas en medio de la naturaleza, donde se instalan lujosas tiendas de campaña, y se decoran con muy buen gusto. En cambio, en la que yo me encuentro, apen
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Josh, lobo solitario
Idris se durmió casi instantáneamente, y eso generó en mi una sensación cálida y feliz, aunque no hubiera sabido decir porqué me sentía tan bien con la confianza que sus actos demostraban.Yo la tapé con la manta, y observé en la penumbra sus bellos rasgos, no tenía ni idea de como era posible que una criatura única como ella, hubiera acabado en un refugio de solitarios. Idris es dominante, no hay más que mirarla para darse cuenta, y está bien alimentada, es educada, y tiene cierta elegancia innata. Después de observarla dormir un buen rato, decido tumbarme a su lado, aunque dejo las mantas por debajo de mi, de este modo, si ella despertara en este momento, no se sentiría intimidada por mi gesto. Y aunque no planeo dormirme, caigo en un sueño profundo y relajado, una calidad del sueño, de la que hac&iacu
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Idris
Después de que Josh pronuncie sus duras palabras, se va de la tienda, dejándome sola, y yo decido sentarme en el colchón un poco, antes de salir de allí. Y a medida que me doy cuenta de la forma en que lo he tratado, me voy sintiendo más miserable. Él me ha salvado de los cedros que pretendían violarme, me ha traído hasta su humilde casa, y no ha mostrado reparos al darse cuenta de que había surgido una conexión entre nosotros. Por otra parte, ha sido injusto conmigo asumiendo que yo simplemente no quería estar con él por su falta de rango.Aunque si soy honesta conmigo misma, es posible que parte de mi incredulidad se haya producido precisamente por el hecho de que sea un lobo solitario. Hace tan solo unos días, estaba a punto de convertirme el Luna de una próspera manada, y ahora, me encuentro atada a un lobo solitario, es chocante para mi.Salgo a hurtadillas de la tien
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Josh, lobo solitario
Llevo ya varias horas siguiendo a Idris, y me sorprende que ella no se haya dado cuenta. Al principio, cuando la vi salir de la tienda, mientras yo reflexionaba subido a un risco, pensé que solamente había salido a tomar el aire. Pero pronto descubrí que su verdadera intención era irse de mi campamento.Había pedido a todos los habitantes del refugio que le dejaran su propio espacio, a fin de cuentas, Idris era una invitada en nuestra humilde casa, y no podía obligarla a quedarse allí, si ella no lo deseaba; pero he de reconocer, que tampoco esperaba que se fuera sin siquiera despedirse.La seguí mientras bajaba torpemente, aunque mepareció mucho más grácil que la mayoría de los solitarios que viven en esta tierra, aún así, resbaló un par de veces, y a punto estuvo de caer despeñada.Yo la seguía en la distancia, en mi forma animal, camuflado en
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Hola
- Auuuu.- grito cuando siento el duro impacto de las piedras contra mis rodillas. Me acabo de caer, aún no sé ni como, y me he golpeado con fuerza en la pierna izquierda.Antes de que me dé tiempo a ponerme en pie, escucho las pisadas fuertes y seguras de un lobo que se acerca hasta donde me encuentro, y no necesito pensar mucho para darme cuenta de que se trata de Josh.No siento miedo, de hecho, de algún modo, ya me había dado cuenta de su presencia desde hace un rato, sentía su olor fresco y agradable, pero creía que mi mente se lo estaba inventando para paliar el dolor de la brusca conversación de esta mañana.Llega hasta donde estoy, tirada en el suelo, y dejo que se arrime a mi. Él pasa a su forma humana, y cuando veo como el oscuro vello va desapareciendo de su cuerpo, lo echo un poco de menos. Me gusta su forma animal, y me gusta la seguridad que transmite su lobo. Es muy diferente al
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La ciudad
Cuando me queda claro que no va a volver, corro tras él, pero noto la pierna en la que me he golpeado resentida tras la caída.- Espérame, Josh.Él se para, sin hablar, de espaldas, y espera a que llegue a su lado, sin siquiera moverse de la rígida posición que ha adoptado.- ¿Adónde nos dirigimos?- pregunto yo recelosa.- A la ciudad.- Pero ahí es donde iba yo, y creo que este no es el camino correcto.- Te aseguro que si que es el camino correcto.Él reemprende la marcha, y yo lo sigo, a la zaga, con la pierna maltrecha, y con un millón de preguntas que se me atascan en la garganta. Aguanto una media hora, más o menos, sin decir nada, y cuando comprendo que no piensa decir ni una palabra durante todo el trayecto, decido enfrentarlo.- Josh, ¿me vas a explicar porqué te has puesto así?- ¿Así? ¿
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Josh, lobo solitario
Tras varios minutos, una amable enfermera se acerca a nosotros y nos pide que la acompañemos. Yo me siento aliviado, porque comienzo a sentirme incómodo por la tensión que se desprende del gesto de Idris. Desde que llegamos aquí, no se ha relajado durante un segundo, y no deja de estirar la fea ropa que le he obligado a ponerse.Seguimos a la enfermera, y observo como Idris contempla todo lo que nos rodea con admiración. Imagino que no esperaba un lugar tan elegante, a juzgar por el aspecto del exterior, pero lo cierto es que el aspecto hostil del exterior del hospital, no es más que una forma de despistar a los posibles intrusos. Realmente, sé que Greg, ha invertido mucho dinero y esfuerzo en adecuar este lugar para que luzca presentable, y realmente lo ha conseguido.Al llegar a una zona con habitaciones cerradas, la enfermera le pide a Idris que entre en una de ellas y cuando yo voy a seguirla, me detiene y me pide qu
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Un apartamento cualquiera
Estaba asombrada por las formas que se divisaban a través de las ventanas. En aquella ciudad había inmensos bloques de hormigón, que se alzaban hacia el infinito, y que me intimidaban un poco. Me hubiera gustado preguntar por las zonas que veíamos desde el interior del vehículo, pero me dio miedo interrumpir el silencio en el que viajábamos.Cuando llevábamos aproximadamente quince minutos de trayecto, Greg giró hacia otro barrio, y pronto observé como los enormes rascacielos disminuían de tamaño, y daban lugar a edificios más bajos y modestos. Pero tampoco nos detuvimos aquí, sino que seguimos nuestro camino hasta un barrio más alejado aún del hospital del que habíamos salido hace un rato.Este nuevo barrio era una repetición del anterior, edificios feos, con múltiples apartamentos. En algunos había luces iluminando las ventanas; en otro
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