Cuando me levanté aquella mañana, todo lo que había pasado la tarde anterior me parecía un sueño. Lo había vuelto a tener bajo mis brazos pero todo había desaparecido antes de poder darme cuenta de lo que sucedía. Volví la mirada hacia Jaime, aún dormía. La noche anterior, había tomado demasiado y no recordaba cual era el nombre de su hotel, así que lo dejé quedarse. Caminé hacia el salón, admirando el precioso día que tenía por delante. Era domingo, así que no abriría la tienda. Sonreí al salir al jardín y notar la suave brisa sobre mi piel. Volví la mirada hacia atrás, pues un ruido me había hecho salir de mis pensamientos, mi celular. Apenas unos segundos después lo alcancé, incapaz de contestar, pues allí, sobre la pantalla podía leer su nombre Han Tae Sang. Ana…- escuché al otro lado del celular – quiero verte – aclaraba, haciendo que me costara respirar con naturalidad, pues a pesar de que lo negaba, yo también que
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