―Dan di di daran daran di di eh―sigo el ritmo de la música a todo volumen, mientras salto como una loca en la cama de la habitación que me asignó Zayn, cuando me trajo a la manada Zafiro. Cuando salimos de aquel hotel, de algún modo pensé que se iba a vengar de mí, pero, lejos de cualquier pensamiento que se me hubiera pasado por la cabeza, simplemente me trajo al ala de los alfas de su manada y me dijo que me tomara todo el tiempo que necesitaba para meditar. Hizo algo lindo, para una persona que no se merece absolutamente nada, pero aquí estoy, actuando con lo que mi exnovio dijo muy bien "una maldita zorra sin corazón ni emociones". Mi ex, me pregunto cómo estará. ― Dan di di daran daran di di eh―continúo tarareando una y otra vez, de la misma forma en que me acabo las botellas de licor, una tras otra, total, ya no me emborracho como antes y cada vez que logro alcanzar el estado etílico que necesito, desaparece con la misma rapidez que llega.
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