Me despierto temprano en la mañana, con la sensación de haber tenido una mala resaca. Entonces comienzan a pasar por mi mente imágenes del día anterior y un escalofrío me recorre por todo el cuerpo.
Pero la peor de todas ha sigo la imagen de Aike gritándome a todo pulmón que me largara. Es cuando siento espasmos en mi estómago y quiero vomitar, aunque no estoy segura qué, porque no recuerdo cuál fue mi última comida.
Corro desesperada al baño y arrojo la bilis que está quemando mi garganta y me lavo la boca por el asco que me produce.
Entonces mi estómago recuerda que está vivo y comienza a rugir, así que decido arreglarme para bajar a comer. Ahora siento que extraño la comida de la manada, pero no por su delicioso sabor, sino por la compañía de todos los que tuve la oportunidad de compartir la última vez. La única vez ocasión en todo este tiempo que he sentido que pertenezco a algún lugar, luego de la pérdida de mi familia.
Y claro, tenía que arruina
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Me siento entre desconcertada y furiosa. De algún modo la respuesta que me acaba de dar no me sorprende, después de todo, él es un tiburón de los negocios y siempre está buscando lo que es mejor para sus propios intereses. Pero no entiendo cuál sería ese otro interés adicional que pudiera tener sobre mí. ¿Mi cuenta en Aruba, tal vez? ¿Sabrá de mi cuenta en Singapur y querrá mi llave? Eso no elimina la sensación de sentirme usada. Todos quieren lo que pueden conseguir de mí, incluso el mejor amigo de mi padre, la persona que hasta hace dos segundos consideraba como un tío. ―Supongo que este es el momento en que debo preguntar qué es, ¿cierto? ―le digo, mientras la rabia me está corriendo por las venas―dilo de una buena vez. ―Por supuesto, ahora, aparte de ser una multimillonaria, eres una mujer lobo, convertida, además, lo que te vuelve automáticamente en una omega sin ningún tipo de mezcla en tu sangre―me dice y quedo desconcer
―Dan di di daran daran di di eh―sigo el ritmo de la música a todo volumen, mientras salto como una loca en la cama de la habitación que me asignó Zayn, cuando me trajo a la manada Zafiro. Cuando salimos de aquel hotel, de algún modo pensé que se iba a vengar de mí, pero, lejos de cualquier pensamiento que se me hubiera pasado por la cabeza, simplemente me trajo al ala de los alfas de su manada y me dijo que me tomara todo el tiempo que necesitaba para meditar. Hizo algo lindo, para una persona que no se merece absolutamente nada, pero aquí estoy, actuando con lo que mi exnovio dijo muy bien "una maldita zorra sin corazón ni emociones". Mi ex, me pregunto cómo estará. ― Dan di di daran daran di di eh―continúo tarareando una y otra vez, de la misma forma en que me acabo las botellas de licor, una tras otra, total, ya no me emborracho como antes y cada vez que logro alcanzar el estado etílico que necesito, desaparece con la misma rapidez que llega.
Cuando salgo del cuarto del baño, encuentro en la sala de mi habitación tanto a Balder como a Zayn, pero están acompañados a su vez por una chica que puede tener mi edad. Es muy guapa y el parecido con el alfa es increíble, con el mismo color gris de ojos y cabello negro tinta. Entonces Zayn se levanta. ―Qué bueno que te hayas recuperado―me dice, pero su vista está directamente sobre mi cuerpo y sé lo que está viendo, algo que noté cuando me vi en el espejo, que he perdido peso en estos días―pensé que no entrarías en razón. ―Solo tenías que decir que Balder estaba aquí, en lugar de amenazarme con quitarme la única cosa interesante en tu manada―le digo y le guiño un ojo―la cama, por supuesto, ha sido mi mejor amiga desde que estoy aquí. ―Me alegra que al menos eso haya sido de tu agrado en tu estancia por aquí―se burla de mí―claro que es lo único que has visto de esta manada, así que puedo entender que es lo único que hayas disfrutado. ―A parte del lic
― ¡A levantarse, dormilona! ―me dice una voz de mujer que me saca de mi sueño y me activa la resaca. Nadie puede culparme por querer beber anoche, luego de la conversación que tuve con Balder y mi inminente viaje al lado de una de las personas que más me debe odiar de todos los lobos. Entonces me fijo de quien se trata y encuentro la cara sonriente de Zeira, la hermana de Zayn. ―Buenos días―le contesto de manera perezosa, con todas las ganas del mundo de volverme a meter entre las sábanas, pero ella me toma por los brazos.―Vamos, que tenemos que arreglarte, viene Valentine a buscarte―me recuerda, como si pudiera olvidarlo. Doy un largo suspiro solo de pensar cuál será la reacción de Valentine cuando me vea o como me sentiré yo cuando eso pase. Solo espero que no se vuelva un problema el tener que tratarnos por casi dos día. "Ya hemos llorado demasiado por todo eso, ahora es tiempo de reparar lo que hicimos", me recuerda Aella y trato de distraer la cabeza
― ¿Algo más que quieras agregar a tus malditas acusaciones? ―me dice todavía molesto, mientras seguimos camino a la costa―porque entiendo que no quieras llevarte toda la culpa, pero ambos sabemos que, si no hubieras querido buscar tu propia venganza, no estaríamos teniendo esta conversación. Yo lo miro fijamente, tratando de ver de qué va. Porque él quiere tomar la vía fácil, la vía que yo tomé, la vía en donde le echas la culpa a los demás y tratas de herir con tal de sentirte mejor. y estoy dos pasos por delante de él, así que no lo dejaré tomar por ahí. ―Di lo que quieras, Valentine―le digo igual de molesta que antes―pero yo sé con lo que tengo que cargar, suficiente como para no tener que llevar la cruz de nadie, y eso te involucra a ti y a tu padre directamente―espeto y entonces él me mira por un instante, una mirada profunda y con rabia. ― ¿Y Aike? ―me pregunta inquieto― ¿qué hay de lo que le hiciste a él? ―Pues, eso lo discutiré con él en su mo
Mi alarma empieza a sonar demasiado temprano para mi gusto o a lo mejor, ya me estaba acostumbrando a despertarme a la hora que me daba la gana para seguir bebiendo. Pero hoy es un día especial, porque voy a ver a Myrtle después de casi un mes desde que la dejé en la casa de campo, donde me estaba ocultando de Adrien, mientras me entrenaba duro y buscaba una manera de vengarme de él. De eso pareciera que hubiera pasado como un millón de años, cuando creía que haría pagar al mundo entero, con tal de que Adrien se volviera un maldito paria. De hecho, el mundo entero de Adrien pagó por mi venganza y ahora la que está pagando las consecuencias soy yo. Me introduzco en el baño de la habitación del hotel que comparto con Valentine para tomar una ducha que me active la circulación y luego me pongo ropa cómoda y vuelvo a verificar la joya de mi madre que está exactamente donde la dejé. Lo hago porque, y hablando de mundos, el mío gira en torno a esa joya.
―Sé que fui yo quien le propuse a Balder que usáramos las habilidades de Barbie, pero no la voy a meter en el mundo de los lobos de buenas a primeras―le señalo y lo miro directo a los ojos―no voy a revolverle el mundo solo porque la necesito. ―Entonces, piensas que te va a rechazar o algo por el estilo―me responde, luego de pensarlo unos segundos― ¿no se supone que es tu mejor amiga y tal? ―Y lo es, pero no es por eso, Valentine―le respondo―pero, como su amiga, no quiero revolverle su mundo porque yo me haya transformados y con transformarme me refiero de forma literal―le recuerdo―no creo que sea una cosa que nadie asimile y, en todo caso, su mundo no volverá a ser igual, después que sepa acerca del mundo de los lobos. Aparte de que ella ya tiene una vida y me gustaría que continuara así. Valentine se me queda mirando fijamente, como si le hubiera dicho algo que le doliera. ―No somos unos monstruos, Sia―me dice un poco molesto―tampoco es que le vamos
Tengo que confesar una cosa, desde que esto inició siempre creí que este día jamás llegaría, por lo menos, no en el futuro cercano. Claro que en ese tiempo no había enredado las cosas de la manera que lo he hecho hasta ahora. Entonces, de repente me he tenido que volver valiente, capaz de enfrentarme al miedo de ver a la cara a mi mejor amiga y me pregunto por qué. Por supuesto que sé la respuesta, pero verle la cara tan enrojecida como la tiene, destilando rabia como lo hace y los ojos a punto de llorar, hace que me duela ese espacio donde alguna vez estuvo mi corazón. Le he roto el corazón a mi amiga, un dolor del cual ya me he acostumbrado por tanto tiempo que pienso que es algo normal, pero ¿que otros sufran por mí, sabiendo lo que duele? Eso es lo más cruel que he podido hacer en mi vida, pero esto no es lo peor que voy a hacerle, porque resulta que tengo que basar todo lo que le voy a decir en capa tras capa de puras mentiras y medias verdades.