Me acerco a su rostro para ver su expresión, sus ojos brillan, se ven más oscuros y grandes de lo que ya son. Se ven como dos pequeñas luciérnagas que brillan, me gustan las luciérnagas, cuando era niño jugaba a atraparlas, lo hacía con mucho cuidado. No quería lastimarlas, por lo que las cuidaba, las tocaba de forma delicada y muy cuidadosa. Elizabeth es una luciérnaga, la voy a atrapar, la mantendré en mi mano y la tocaré delicadamente, al final la dejaré escapar. Por que a veces, cuando las mantenía mucho tiempo en mi mano, se morían, no quiero eso para Elizabeth. Ella debe de volar, debe de verse feliz siempre, como ahora, mirando su regalo, una camioneta que me ha costado casi una mínima parte de mi dinero, y por una extraña razón esperaba esta reacción. Felicidad, emoción y gratitud, eso es lo que noto en ella, no demuestra otro sentimiento que s
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