Pasaron días con Jack en la clínica. Lo dejaron allí en Sídney porque tienen el mejor equipo para su recuperación. Yo al día siguiente tomé el avión de vuelta a Riverlight que teníamos estipulado. Hablábamos todos los días por teléfono, y aunque me decía que estaba estupendamente, no podía dejar de pensar que ese golpe tendría repercusiones en el futuro. Sentía un dolor en el pecho permanentemente. Solo quería estar con él de nuevo, asegurarme de que está bien, y no que me llenaba de mentiras piadosas para dejarme tranquila. Una semana después volvió a la ciudad. Lo último que supe era que había vuelto, pero desde entonces que no responde mis llamadas ni mis mensajes. Pasaron días, no podía dormir bien preguntándome qu&ea
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