Leah miró a Daniel de reojo y volvió la vista al televisor apagado, sus labios esbozaron una mueca mientras las imágenes del día comenzaban a golpear con fuerza su cabeza, pero no dijo una sola palabra. El arduo trabajo que habían realizado con Kyle, Denis y el resto podía verse afectado si su fachada flaqueaba a esas alturas. Su hermano Dan era como un detector de mentiras, así que fácilmente podía leerla y saber qué cosas estaban pasando por la cabeza de Leah. O si se había metido en algún problema.— ¿Y Ryan? —preguntó, ignorando la mirada furibunda que le dirigió el mayor.— Responde. — gruñó él.Ella miró los cuadros repartidos por las blancas paredes, eran tan minimalistas como podían serlo. Una simple línea negra cruzando el lienzo blanco. Y ya. Supuso que algo de arte debía
Leer más