CAPÍTULO 30. VICISITUDES
Dos días después Macarena estaba en la sala de espera de la clínica, Valentino no se había despertado, por eso aún no hablaba con él y ese día daban de alta a Matías, tenía miedo de dejarlo solo, porque estaba deprimido, no dejaba de llamar y pedir hablar con Perla, eso le rompía el alma, temía que terminara haciéndose daño. Caminó al consultorio del médico, le pidió autorización de entrar para ver a Valentino, gracia a Dios, fue operado con éxito, pero aún se mantenía dormido; al entrar a su habitación y verlo pálido, tan indefenso, su corazón se encogió, acercó sus labios a los suyos y le dio un pequeño beso solo rozándole, para después hablarle con un suave tono de voz. —Mi amor, debo salir a llevar a mi hermano a l
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