61. Otra Mirada
Cuando Jim atrajo a Silvia contra su cuerpo, fue como si un campo de energía se activara en torno a ellos. Todo el mundo se apartó instintivamente un par de pasos para seguir bailando, conversando, bebiendo.Como empujado por aquel campo de energía, Sean tomó la mano de Jo y la guió a un sillón junto a la pista. La dejó allí y continuó hacia el bar por champagne. Cuando regresó, la encontró inclinada hacia adelante, los codos en las rodillas y el mentón entre sus manos, perdida en el último episodio de lo que ya se había convertido en su serie favorita.—¡Oh, vamos, amor! —protestó Sean, divertido y molesto al mismo tiempo.Llenó dos copas y le alcanzó una a Jo, echando un vistazo a la pista.—Debería haber traído mi cámara —se lamentó Jo, tanteando para dar con la copa porque sus
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