Vivian hizo caso dejando un asiento de por medio y mirándola con recelo, pero pronto las imágenes de aquella extraña pantalla la volvieron a envolver. Y por alguna extraña razón, sin que se lo explicaran, ella sabía que todo esto era real. Parecía estar viendo videos de su vida, pero eran vidas que ella no recordaba haber vivido sino hasta que veía las escenas.De ese modo, se vio en esa fiesta que decía la anciana a la que asistiría, y tendría sexo con dos o tres la misma noche, y luego, días después, estaría en un viaje con otro hombre, y tres semanas después, otro desconocido dejaría su semilla en ella.“Yo no soy así”, quiso defenderse, pero algo arañaba dentro de ella y surgía gritando: sí, y eres peor.Esa cosa era su conciencia, y su voz se parecía mucho a la de esta anciana, o tal vez era
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