Las armas fueron cambiadas por mordidas y gruñidos, zarpazos y patadas, no servía de nada para los lobos usar un arma en ese momento, el aire estaba impregnado con fuertes feromonas, los alfas y betas que formaban parte de la manada de Kiyan desprendían feromonas para intentar intimidar a los deltas, pero estos no se mostraban mal por estas, no parecían afectados por ello, al contrario, parecía más que aquello sólo les impulsaba más a seguir peleando. Detener una pelea entre lobos era imposible, todos lo sabían, ningún lobo se detendría nunca por su cuenta, la muerte es la que los detendría. Peleaban hasta que alguno muriera, y ese era su objetivo. Ese era el objetivo de Kiyan, no iba a dejar a ninguno de esos lobos con vida, haría pagar al líder de Dark claw con la vida de todos sus lobos y no le importa en absoluto quien fuera, lo encontraría y lo asesinaría. El sonido de truenos azotando en la distancia anunció la lluvia que no se hizo esperar, para cualquiera que entrará en ese mo
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