Luego de que Price se ofreciera a llevarme a mí casa, esperar unos veinte minutos, riendo sentados como dos borrachos en la acera esperando a que Louis nos buscara, me dejo en mi casa sana y salva, se despidió con un cálido abrazo y un amable beso en la mejilla, claro, sin perder su típica sonrisa pícara.Y agradezco sinceramente tenerlo en mi vida, el haber ido a esa fiesta y conocerlo como el rubio que nos ayudó con Hilary, el rubio que me ayudo luego en la cafetería aquel día. Al parecer es el rubio francés que siempre viene a mi rescate.Entro a la casa y cuando finalmente me dejo caer sobre la cama es que caigo en cuenta de que he dejado a Madeleine en casa de la señora Grazer.Sin más voy a buscarla y no he de preocuparme por Skyler, ella sabe cuidarse mejor que cualquiera y sé que debe de estar pasándolo en grande.—¿I
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