Dos meses han pasado desde el día en que ganamos el caso Simmons-Keys-Rogers, el mismo día que mis padres fueron arrestados y también el día en que dos de las personas, que consideraba sumamente importantes para mí, dejaron de hablarme. Hace dos meses les conté sobre el resto de mi enfermedad, sobre el resto de mi pasado y hace dos meses comencé a ir a terapia por eso. Necesitaba alguien con quien hablar después de, prácticamente, perder a mis padres y a mis amigos. Mi hermano estaba muy ocupado con los hoteles y no quería angustiar al abuelo Adrien con mis problemas.Pero, a pesar de que mi vida personal estuviese hecha una mierda, mi vida laboral iba al estrellato. Desde que me convertí en agente, dejé de ser mesera, cartero, transporte público y Cupido. Desde que empecé a trabajar resolviendo asesinatos, sentí al menos un poquito de estabilidad. Me caía perfectam
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