El niño se acercó al Original y a la chica.Jeorg, Alex y Yaroit confrontaron a los Cinco y a los Guapos. Ambos Daosledianos lograron levantarse del primer ataque al mismo tiempo que el niño llegaba corriendo, con los ojos bien abiertos y un apenas visible resplandor cubriendo el metal que lo protegía. Asustado, se colocó a la izquierda del hombre. Ni siquiera él mismo sabría decir por qué abandonó su lugar seguro.Los tres miraron a sus enemigos con el precipicio frente suyo, la pequeña ladera a sus espaldas y los mercenarios de Gabriel recogiendo a su líder y dirigiéndose ladera arriba. A los siete no les importo ver a esos humanos, ellos no eran sus objetivos. El único humano que les hubiese gustado asesinar ya estaba muerto y su cadáver yacía por ahí abajo, con los ojos abiertos y el pecho sangrante,
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