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SEGUNDO ENCUENTRO
  El niño se acercó al Original y a la chica.Jeorg, Alex y Yaroit confrontaron a los Cinco y a los Guapos. Ambos Daosledianos lograron levantarse del primer ataque al mismo tiempo que el niño llegaba corriendo, con los ojos bien abiertos y un apenas visible resplandor cubriendo el metal que lo protegía. Asustado, se colocó a la izquierda del hombre. Ni siquiera él mismo sabría decir por qué abandonó su lugar seguro.Los tres miraron a sus enemigos con el precipicio frente suyo, la pequeña ladera a sus espaldas y los mercenarios de Gabriel recogiendo a su líder y dirigiéndose ladera arriba. A los siete no les importo ver a esos humanos, ellos no eran sus objetivos. El único humano que les hubiese gustado asesinar ya estaba muerto y su cadáver yacía por ahí abajo, con los ojos abiertos y el pecho sangrante,
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NEZ NAJIN ED DAOSLED
Apenas alcancé a entender que sucedía.Miraba a la enloquecida Dyhret cuando su fusil fue disparado con un ruido atronador que me provocó cerrar los ojos y sentí un empujón tan fuerte que me hizo retroceder. El silencio siguió a la acción. Al mirar asustado, creí por un segundo que su ataque no logró nada, siendo que no encontré ninguna herida en los cuerpos de los Daosledianos a más de las que ya tenían.Zeqdas se lanzó hacia la mujer y la derribó con sus últimas fuerzas. Yaroit se acercó como pudo y juntas, ambas chicas arrojaron lejos a nuestra atacante, dejándonos fuera de peligro.En el mismo momento en el que me di cuenta de que todos me estaban mirando a mí, sentí un agudo dolor en el pecho y el miedo atenazó mi corazón. El cielo era gris, el olor acre del humo inundaba el ambiente. La fina lluvia caía p
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EPÍLOGO: LOS TRES DAOSLEDIANOS
— ¿Crees que volverá? —La voz de la chica sonaba preocupaba, su semblante no era el mejor. La pena y el cansancio hacían estragos en su aspecto. Negras ojeras estaban debajo de sus ojos.—No lo sé. —El hombre no le podía dar una respuesta más sincera.Yaroit permaneció en silencio, jugando con su emblema dorado de las Fuerzas Macpar. Las heridas que cubrían su pecho y rostro ya se estaban curando, dándole cada día una apariencia más sana sino fuera por qué lo sucedido con el niño no la dejaba en paz.Jeorg lo sabía y entendía su sufrimiento, por lo tanto intentaba ser lo más amable con la chica. ¿Pero que podía hacer él más que eso? No sabía si el niño estaba en coma o algo así, no sabía si despertaría cuando su estado mejorase, no sabía nada sobre los duales.
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