¿Estaba soñando?No lo sabía con certeza y eso me asustaba.Me encontraba en una ladera enorme de tierra seca, llena de arbustos secos y hierba vieja. El lugar lucía oscuro, una fina lluvia caía, todo parecía muerto. No, de hecho así era. Todo estaba muerto. En mi cabeza, voces extrañas susurraban frases ininteligibles.Caminé mirando a izquierda y derecha, buscando alguna señal de vida o de algo que me permitiese saber que pasó ahí. Vestía el traje Daoslediano, pero este estaba corroído, sucio, muerto, como si fuese más bien una mortaja. Aunque el lugar se me hizo conocido, su aspecto de infierno no me dejaba reconocerlo del todo. Mis pasos eran cortos y dudosos, mientras ascendía con la intención de llegar a la cima de la ladera. A medida que me acercaba se hizo más audible un lloriqueo, un sollozo t
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