Cuando me despierto, no sé cuanto tiempo ha transcurrido. Lo último que recuerdo es la horrible pelea entre Alfa Denzel y Albert, y luego… nada, vacío, es como si alguien hubiera suprimido todos esos recuerdos de mi memoria. Lo único que sé, es que tengo mucha sed, y los labios se me han agrietado por la falta de agua en mi organismo. Intento mover los brazos, para desperezarme, y me doy cuenta de que algo no va bien, pues estoy atada a mi cama. Abro los ojos de golpe, creyendo que estoy dormida, inmersa en una pesadilla de la que me está costando despertarme, pero no, no es así. No estoy en mi cuarto, estoy una espartana habitación, y me encuentro tumbada sobre una incómoda camilla. Miro mi cuerpo, y veo varias cuerdas sujetando mis brazos, mis piernas, y mis tobillos, de modo, que estoy totalmente inmovilizada, incapaz de desasirme de los solidos nudos con
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