Durante la semana le he insistido a Irina para que me cuente por qué de repente no tenemos trabajo que hacer para su tío, pero no dijo nada al respecto; es más, cambiaba de tema cada vez que mencionaba eso. Como no iba a decirme nada sin importar lo que hiciera, la invité a cenar el viernes en la noche para ver si podía hacer que hablara luego de estar más rellena que un pavo.—¿Ya le dijiste al príncipe sobre tu oscuro y muy pantanoso pasado?—No, hasta me había olvidado de que eso quedaba pendiente. Le di muchas vueltas al asunto, pero siempre es la misma conclusión: prefiero que él sepa por lo que pasé y decida si podrá lidiar con alguien así.Ella se sirve otra calabaza rellena de la pequeña fuente en el centro de la mesa.—Mono, si Liam, a pesar de todo lo acomplejado e inestable que eres a veces, todavía sigue babeando co
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