Raven no soportaba el contacto físico. Lo aborrecía después que su cuerpo fuera profanado tantas veces que pensó que daría su último suspiro. Cada agujero había sido usado de forma violenta, asquerosa, despreciable mientras era mirado por aquellas dos personas que solo sonreían con su miseria.No había sabido el momento en que dejó de derramar lágrimas, gritado hasta desgarrarse la garganta y se había rendido. Qué podía hacer ella, una simple loba omega en celo forzado, rodeado de lobos hambrientos de miradas lascivas que apenas se agotaban después de una ronda. Pues precisamente nada.Solo cuando dejaron su cuerpo desnudo y desgarrado, tirado en aquel lugar frío, lleno de heridas realizadas en un último momento como entretenimiento final, para que se desangrara, pudo respirar aliviado. Si, aliviado porque su tortuosa vida terminaba de una buena vez.
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