Un año después...La vida trae consigo dolor y sufrimiento, pruebas y muchas bajadas que tenemos que afrontar como mejor debamos; con la frente en lo más alto, mientras le gritamos al jodido que nos quiere ver mal, que aquí estamos, de pie, en la lucha para seguir corriendo a su misma velocidad y fuerza.Para aprender a vivir hay que sufrirla, esas eran las palabras que mi hermano mayor me decía día a día mientras aún seguía con vida. Y cuánto razón tenía, pues todo lo que he tenido que llevar no ha sido sencillo, pero aquí me he mantenido firme y sin perder esperanza.Su partida, la enfermedad de mis padres, los gatos médicos, la comida, el deber, las responsabilidades diarias que no dan abasto, las decepciones, el aprender a no confiar en quien más dulce te hable al oído, el hecho de amar y sufrir a la vez, son solo lecciones que me llevaron a construir un camino y un destino justo. Todo lo que atravesé fue para mejor, y hoy en día, que tengo la mejor de las vida
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