Rose estaba agachada en la esquina, sus brazos envueltos alrededor de sus piernas hasta su pecho. Labios temblorosos, barbilla temblorosa. Su corazón se apretó brutalmente en su pecho. Blade nunca la había visto en tal estado antes. Ella siempre fue fuerte, áspera y dura, pero mirarla ahora lo sacudía severamente. Sin que él lo supiera, sus pies lo llevaron hacia ella mientras se agachaba y ahuecaba su rostro entre sus grandes manos venosas. Sus ojos se abrieron de golpe y se sorprendió por la profundidad del miedo en sus orbes. —Rose...—él respiró, pero ella inmediatamente apartó
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