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Rose estaba apoyada contra la barandilla en la noche oscura mirando las hermosas estrellas brillantes que cubrían todo el cielo. Cuando solía vivir en la ciudad, nunca pensó que algún día se subiría a un barco y mucho menos viviría en él, pero aquí estaba al fin. Los tiempos y las circunstancias fortalecen a las personas.

El viento soplaba en suaves olas frías, jugando con sus mechones mientras miraba al cielo con asombro. Tan sereno y relajante.

Nunca pensé que jamás pondrías un pie en un barco. Dave se acercó a ella y ella le dedicó una suave sonrisa.

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