Cinco minutos para que el reloj marcara las seis, cuando Theo se despierta por una algarabía fuera de su casa. Se pone su suéter tejido holgado sobre su torso desnudo y se encima el pantalón deportivo que a veces usaba de piyama. El muchacho descalzo sale a la fachada de su vivienda para encontrarse con una abrumadora escena.Adén ebrio con un intento de serenata, aupado por su amiga Marianna y quien conducía el carro estacionado era Josélo. El automóvil tenía música en su máximo volumen, mientras que el chico moreno manoteaba y era agarrado por su amiga.Theo quedó pasmado, pero al volver en sí entró a su casa sin mirar atrás, omitiendo aquel trío cercano a su casa. Sin embargo, vuelve a salir para pedirles que se fueran, y descubre que el vigilante ahora era un nuevo integrante que luchaba por despachar a los allegados, ya que los habitantes se estaban quejando.
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